VIVIR EN LA RESPONSABILIDAD, NO DEL VICTIMISMO ES LA CLAVE DEL EXITO

Publicado por

Publicado el 16 enero, 2017

“Con la libertad viene la responsabilidad. Para la persona que no está dispuesta a crecer, la persona que no quiere llevar su propio peso, esta es una perspectiva aterradora”.

 – Eleanor Roosevelt

Invitamos a leer el artículo de nuestro director Dr. Fidel Hernández, donde reflexiona sobre la necesidad de asumir nuestra vida desde la responsabilidad, evitando el victimismo y las excusas para no crecer.

La mayoría de las personas, en nuestra vida diaria, tenemos tendencia a depositar fuera de nosotros todo lo que nos pasa, a no vivir en la responsabilidad de nuestros actos, sino a victimizarnos culpando a los demás. Si observamos a alguien que llega tarde al trabajo, nunca dirá que es su culpa, siempre culpará a la lluvia, al transporte, al sol… y en la minoría de los casos que se acercan a su responsabilidad confesará que se le pegaron las sábanas pero, de todos modos, no es su culpa, sino la de las sábanas por haber llegado tarde.

El hacernos responsable de lo que nos pasa es un cambio de actitud en la vida, ya que nos permite cambiar lo que nos sucede. De otro modo, victimizarnos, es poner fuera de nosotros lo que está pasando, lo que nos genera impotencia, ya que si está fuera de nosotros, no podemos cambiarlo. Un ejemplo de ello es cuando pensamos que la culpa es del jefe, del gobierno, de mi pareja, del árbitro, de mi familia… por lo que eso nos condena a vivir con el problema y a permanecer en la cólera y en la impotencia, porque no depende de nosotros.

La queja se convierte en una música de resignación que puebla nuestra cotidianidad, por lo que cuando se sorprenda quejándose, piense que no está haciendo nada en ese momento para cambiar su futuro. Está bien que, cuando éramos niños, tuviéramos episodios de victimismo para llamar la atención o para que nos quisieran pero, cuando somos adultos, eso solo sirve para llamar la atención y eludir la responsabilidad con nosotros mismos, lo que nos paraliza e impide que recuperemos el protagonismo de nuestra propia vida.

Hacernos responsables significa comprender que somos dueños de nuestra propia existencia. Es comprender que lo que pensamos y sentimos va a determinar nuestro futuro. Si estamos colmados de pensamientos negativos y de ideas catastróficas acerca de nuestro futuro, no lo dude, atraerá circunstancias y personas igualmente negativas y lo que usted ha pedido el universo se lo concederá sin ninguna duda. Es por ello que si aceptamos que el único lugar del universo que verdaderamente podemos cambiar somos nosotros mismos, podremos responsabilizarnos con nuestra existencia, modificando lo que nos pasa y actuando de forma decidida para cambiar nuestro futuro.

Vivimos en una sociedad anestesiada por el hedonismo y la autocomplacencia, donde es más fácil mentir y mentirse a sí mismo que no enfrentarse y responsabilizarse con nuestros problemas, conflictos y retos vitales. Sospeche de su ego cuando le den la razón familiares y amigos de lo que le está pasando, ellos siempre le creerán, si hablas mal de tu jefe, de que te hicieron esto….y aquello, eso lo dejará siempre en el mismo lugar de víctima sin poder hacer nada por seguir adelante. Está claro que hay que decidir cuál es la actitud que nos permitirá crecer, la excusa o la acción para cambiar. Ya que refugiarnos en pretextos como: este no es mi momento…..lo haré más adelante…..no me han dado la oportunidad….., todo esto nos deja anclado en el puerto de la pasividad y el victimismo y nos impide tomar las riendas de nuestra vida para cambiar lo que somos y lo que queremos ser.

Es necesario que dejemos de ser copilotos de la vida para comenzar a conducirla nosotros mismos, descubriendo el propósito y el sentido que le queremos dar a nuestros días.

Asumir el rol de protagonista en todos los escenarios en que nos encontramos es el reto de todo individuo. Por ejemplo como padres, aceptando la responsabilidad y el compromiso de educar, y hacer crecer a nuestros hijos desde ciertos valores y convicciones, que lo hagan superarse como personas y como ser social. Como profesional haciendo que mis proyectos y metas puedan realizarse a pesar de los fracasos, éxitos o dificultades que puedan presentarse, reconociendo siempre que los resultados que pueda obtener, van a estar determinados la mayoría de las veces, por lo que sea capaz de hacer y por mi compromiso personal.

Comprometerse y hacerse responsable es vincularnos de manera sana y recíproca con nuestras parejas, amigos y familiares donde el proceso de donación, lealtad y reciprocidad espiritual sea un flujo de intercambio permanente, que genere bienestar y energías positivas para todas las circunstancias y escenarios de la vida.

En una sociedad infantilizada donde preferimos auto engañarnos con sueños y fantasías, que la mayoría de las veces no ponemos en práctica, soñando con el amor de las películas de Hollywood o entreteniéndonos de manera cotidiana con artilugios y situaciones que están fuera de nosotros mismos, necesitamos un cambio de paradigma de la apariencia, de los que opinan los otros, por un paradigma centrado, en lo que somos y en lo que verdaderamente sea importante, para sentirnos bien con nosotros mismos y con los que nos rodean.