Blindaje emocional: cinco claves para blindarse emocionalmente en un contexto de aislamiento

Aunque estamos atravesando una situación nueva de aislamiento transitorio, los mecanismos psicológicos para enfrentar momentos como este son herramientas que algunas personas tienen más desarrolladas que otras. 

La capacidad de someterse a un aislamiento temporal como le puede suceder a una persona que encarcelan o a alguien que secuestran, son mecanismos de afrontamiento al estrés en situaciones límites que no todo el mundo tiene desarrollados. 

Viene a ser como una competencia deportiva de carreras de fondo donde aquellos atletas que han entrenado y desarrollado su resistencia y masa muscular podrán enfrentarlo de mejor manera. 

Nuestra mente también tiene una musculatura invisible o una cajita de herramientas intangible. Algunos individuos la tienen más llena que otros de utensilios para enfrentarnos a situaciones adversas e inesperadas de la vida. 

Fragilidad psicológica

Hace mucho tiempo que en nuestra sociedad ha desarrollado un culto excesivo hacia el físico, la belleza y el hedonismo. Las personas prefieren pasar horas en el gimnasio trabajando su cuerpo, pagando cantidades de dinero por cirugías plásticas y todo lo que les ayude a tener un cuerpo deseable y atractivo. 

Sin embargo, la gimnasia mental de trabajar con un terapeuta, coach o cualquier otro individuo que contribuya a aumentar esta ya debilitada musculatura mental nos ha impedido preparar nuestra mente para la frustración o situaciones como las que se están viviendo en la actualidad. La fragilidad psicológica es uno de los virus que hemos cultivado entre todos desde hace mucho tiempo. 

Y la falta de conciencia y de conocimiento sobre nosotros mismos ha sido una de las proteínas mejor utilizadas por el Coronavirus en estos tiempos;  ya que países, ciudadanos y gobiernos hemos tardado bastante en entender lo que se nos venía encima. Además, nuestra incapacidad para tolerar la adversidad tampoco la hemos entrenado suficiente. 

Hemos creído que sobreprotegiendo a nuestros hijos/estudiantes, garantizandoles todo tipo de facilidades los hacíamos más fuertes, cuando en verdad los dejabamos desnudos psicológicamente ante los conflictos. 

También hemos creído que el desarrollo del paradigma de la libertad y la democracia basados en que cada cual debe hacer lo que quiere poniendo muchas veces los derechos individuales por encima de los colectivos nos hacían más libres.

Es por ello que algunos individuos y colectivos minoritarios se empoderan en la exigencia de derechos que consideran muy legítimos sin detenerse a pensar como alguno de estos derechos terminan cuando empiezan los de las otras personas. 

La libertad no es que cada cual haga lo que le apetezca en una sociedad sino como decían los filósofos: es la conciencia de la propia necesidad que se debe resolver y cada individuo ha de aprender a gestionar sus propias necesidades dentro de un grupo, familia o sociedad de manera conjunta. Ya que el equilibrio entre tus necesidades y las de tu comunidad es la clave de una verdadera convivencia.

Vulnerabilidad individualista

La supuesta fuerza del individualismo, la tan proclamada libertad de pareja y la supuesta independencia de la sociedad moderna nos ha hecho más frágiles y vulnerables. Esto ha quedado en una situación como la que vivimos, donde para resolver este problema necesitamos  no solo cuidar de nosotros mismos sino también de los demás. 

Nuestra conducta no solo es un problema de nosotros mismos, sino que también puede afectar a los demás y eso siempre ha sido igual. Lo que sucede ahora, es que las consecuencias de no tomar eso en cuenta no se ven a largo plazo como antes, sino que son inmediatas incluso con la propia vida de uno y la de los otros. 

En otro contexto, nos podemos enfrentar a personas egoístas, narcisistas o psicopáticas que podían abusar de su pareja, de sus amigos o dejar de un rastro de sufrimiento y dolor detrás de ellos y los daños psicológicos eran enormes.

Solo los terapeutas nos enterábamos de las consecuencias de este tipo de conductas, sin embargo, ahora esta especie humana queda al descubierto ya que no les resulta fácil obedecer al encierro preventivo dado que no se quieren mucho a sí mismos ni les importa la vida de los demás. 

También porque están acostumbrados hacer lo que quieren, lo que dicen sus impulsos egocéntricos: manipular, no cumplir las normas y vivir de las emociones que les brindan más de una persona a la vez. Por lo que quedarse conviviendo con una sola persona o familia es una enorme fuente de sufrimiento para ellos.

Cinco claves para blindarse emocionalmente en un contexto de aislamiento

1.Crea una rutina diaria con objetivos y metas definidas. Aunque tengas que estar en casa intenta tener un horario regular donde respetes los ciclos de luz y sombras, es decir, los ritmos circadianos. Ya que se ha estudiado que el desequilibrio de tener horarios de sueño irregulares altera a una de las hormonas más importantes del organismo: la melatonina. Esta es responsable de nuestro descanso y de la reparación de nuestro sistema inmune.No permitas que todos los días sean sábados y domingos. Intenta cuidar tu cuerpo y  tus ritmos biológicos, lo que favorecerá un funcionamiento normal y óptimo.

2. Haz ejercicio físico con regularidad. Está demostrado que eleva el sistema inmune.

3. Cuida tu nutrición y tus hábitos alimenticios. Favoreciendo frutas, verduras y vitaminas. Reduce los carbohidratos simples que no serán buenos aliados del sistema inmunológico que tiene que defenderte de cualquier virus o enfermedad. También evita el alcohol que dificulta la absorción de vitaminas y se sabe que es un depresor del sistema inmune. 

4. Aunque teletrabajes no lo hagas todo el tiempo y organiza tus ratos de ocio y distracción. 

5. Cuida tu salud mental leyendo o viendo aquellas series favoritas. No estés pendiente todo el día de las noticias e informaciones mediáticas. Sin dejar de estar informado, intenta que las malas noticias no formen parte de la mayoría de tus conversaciones diarias. Selecciona un tramo del día, ya sea la noche o la mañana, para ver las informaciones, no lo hagas todo el tiempo.  

Cuida tu mente del estrés ya que es la mejor manera de preservar tu sistema inmune ante cualquier eventualidad, práctica la conversación y los masajes asertivos con aquellos que mejor te sientas y entrégate a sentimientos de amor, perdón y solidaridad. Porque desde la antigüedad  Hipócrates ya decía que no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.

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