Psicología de la inmunidad para estos tiempos

En estos tiempos de aislamiento y de amenazas a la salud se ha puesto de moda aumentar nuestros conocimientos sobre el sistema inmune. Desde luego, para enfrentar este virus o cualquier otra enfermedad, es necesario tener un sistema inmunológico competente que haga que nos permita enfrentar un virus para el que no tenemos anticuerpos en la actualidad. Ejercicios físicos, ayunos intermitentes, macronutrientes y suplementos de vitaminas, entre otros, son las herramientas necesarias para lograr este objetivo.

Sin embargo, no siempre estamos atendiendo a la relación tan estrecha que existe entre el estrés y el sistema inmunológico, algo que está suficientemente respaldado por la investigación científica.

La capacidad que tiene el estrés y las reacciones de miedo de deprimir el sistema inmune no siempre es algo consciente por parte de todos. Se sabe que cuando estamos ante situaciones de miedo, como la que estamos viviendo hoy en día (miedo al contagio, miedo a enfermar, miedo a la muerte, miedo al encierro y a la falta de seguridad económica) desatan una verdadera tormenta de cortisol, la hormona reina del estrés. Cuando la misma invade nuestro torrente sanguíneo, se disparan todas las alarmas fisiológicas movilizando sangre hacia los músculos, retirando una buena cantidad de ella de nuestra corteza, bloqueando la entrada de sangre al estómago y activando una cascada de reacciones a nivel neuronal haciendo que el sistema inmune quede totalmente bloqueado. Activando así todo el sistema de pelear o correr del organismo, todo ello influye afectando al máximo nuestra capacidad de razonar objetivamente.

Consecuencias psicológicas del aislamiento

Ya hay estudios procedentes de China, de la zona de Wuhan, sobre las consecuencias psicológicas que padecieron los ciudadanos después de dos meses de confinamiento. Lo que nos puede dar unas pistas de por donde podemos ir trabajando para nuestro futuro inmediato.

Según estos estudios, las secuelas del estrés postraumático de los sanitarios produjeron un aumento de bajas laborales por depresión bastante significativas. Ya que mucho de este personal medico de primera línea vio morir a un gran número de personas, con una sensación irremediable de impotencia que genera un fuerte sentimiento de culpa del sobreviviente que produce una falta de salud mental considerable.

Además, aquellos individuos que padecen de trastornos ansiosos y depresivos agravaron sus síntomas en cuadros de depresión más profundos y en intentos de autolesión para su vida.

También se observó que un número alto de la población desarrollo síntomas hipocondriacos y sentimientos de desconfianza en sus relaciones interpersonales.

Como generar una inmunidad psicológica que nos dañe lo menos posible después del confinamiento

En primer lugar, es necesario tener nuestro sistema inmune competente. Esto quiere decir, ni demasiado estimulado ni demasiado deprimido, ya que sabemos que en el caso del Coronavirus, la sobrerreacción inespecífica del sistema inmune es causante de la muerte en pacientes con neumonía con Coronavirus. Lo que se conoce como tormenta de citosina, son reacciones desproporcionadas de un sistema inmune que no solo ataca al virus sino al propio cuerpo. Así que tampoco es necesario sobreestimular con vitaminas y todo tipo de remedios.

Por lo que mantener rutinas de alimentación saludable, ejercicio y bienestar emocional sería una condición preventiva. Para que el aislamiento no nos cerque la cotidianidad como un enemigo invisible que nos oprime nuestro estado de ánimo, es necesario no convertir todos los días en un sábado o un domingo durmiendo hasta las 12 del mediodía.

Si no hacemos una rutina de ejercicio y deberes domésticos no seremos capaces de disfrutar el ocio y tendremos irremediablemente cada vez menos deseos de hacer tareas cotidianas.

Todo ello está suficientemente demostrado por la cronobiología, que nos enseña la necesidad de mantener los ciclos de vigilia y sueño como elementos necesarios para el equilibrio mental y hormonal.

Es decir, aunque no tengas teletrabajo, imponte un horario para terminar tus tareas y obligaciones y así dejar un rato estructurado para disfrutar tu tiempo de ocio, por ejemplo, dejando un rato para tomar el sol (aunque sea en tu ventana) o para leer el libro que decías que no tenías tiempo para él.

No dejes que Netflix aspire todo el día tu energía como un vampiro, después puedes llegar a sentir un sentimiento de culpa y perdida de tiempo que no te reconciliara con tu estado de ánimo.

Salud mental como principal anticuerpo

Intenta poder relacionarte, aunque sea online, con amigos y personas que no sobrecarguen tu mente con informaciones excesivamente negativas y toxicas, esto no te ayudara a mantener un buen estado de ánimo.

Comienza a pensar en el día de después del confinamiento y mírate como un sobreviviente de esta etapa.

Disfruta cada día de estar sano o haber superado la enfermedad y aplícate la enseñanza de anillo del Rey. Como siempre le digo a mis pacientes: «la mejor formula para enfrentar todo esto es ETP: ESTO TAMBIÉN PASARÁ». Ya que tanto las alegrías como las tristezas, las crisis como los éxitos, suelen pasar inevitablemente y nada en la vida es estático ni perdura para siempre.

POR LO QUE ESTA CRISIS TAMBIÉN PASARÁ.

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